Que maravilla de tarta!! estas tartas saladas son un todo terreno, las haces en un momento y luego disfrutas mucho comiendo. No me digas que me complico en la cocina!! para nada, yo a lo fácil y que sea rico claro, eso es lo más importante. En esta ocasión puse pasta filo y quedo super crujiente, la tomamos templada y os aseguro que esta espectacular. Atrévete a hacerla y luego me cuentas.
- 4 hojas de pasta filo
- 200 gr de espinacas (las mías eran frescas)
- 1 cebolla pequeña bien picadita
- 4 huevos
- 200 ml de nata
- 50 gr de queso semicurado
- 20 gr de piñones
- 20 gr de pasas
- Aceite de oliva
- Pimienta
- Sal
Limpia trocea y lava las espinacas con agua fría. Escáldalas un minuto en agua hirviendo con un poco de sal, y escúrrelas muy bien. Pela la cebolla y córtala menudita. Pon una sartén al fuego con 2 cucharadas de aceite de oliva y rehoga la cebolla hasta que este transparente.
Agrega a la sartén las espinacas escurridas y las pasas. Rehoga unos 2 minutos toda la mezcla y salpimienta al gusto. Retira del fuego y deja enfriar. En un bol pon 3 huevos bátelos y agrega la nata, salpimienta y reserva. Precalienta el horno a 180º.
Engrasa un molde con u poco de mantequilla. Bate el huevo restante y pinta cada una delas laminas de pasta filo y ve colocándolas en el molde de modo que todo quede bien cubierto. Mezcla los huevos batidos con la nata, con el sofrito de las espinacas. Agrega los piñones reservando unos pocos y el queso rallado reservando un poco para poner por encima.
Pon el resto del queso encima de la tarta bien repartido y mete al horno unos 30 mitos hasta que este doradita y cuajada, no la pases o te quedara seca, lo ideal es que te quede jugosa. Deja que se enfrie un poco y sirve.
El relleno de esa tarta por sí solo ya me gusta, pero dentro de la pasta filo es una ricura completa. Te ha quedado preciosa.
ResponderEliminarBss
Esther, por fin puedo comentarte, veo todas tus recetas; pero no me deja comentar como te he contado otras veces. Ahora, sí porque estoy en el ordenador.
ResponderEliminarBueno, una receta riquísima, me recuerda a una típica italiana la torta pasqualina, con espinacas aunque sin piñones. Esta tuya de hoy se ve maravillosa. Me la guardo para poder probarla prontito.
Muchos besos y feliz semana.
Esta tarta es que se come con los ojos cerrados, que rica me parece!!
ResponderEliminarUn beso
Esa tarta,ya me la he comido con los ojos,......que rica Esther,me llevo la idea
ResponderEliminarMuchos besitos¡¡¡¡
Madre mía Esther...
ResponderEliminarTe ha quedado espectacular
Se ve deliciosa y el color doradito invita a degustarla.
Con la masa filo debe quedar de lujo.
Tengo que ponerme en ello... que pintaza.
Besossss
Vaya tarta!! tiene una pintaza increible! en casa no duraría ni un suspiro :D
ResponderEliminarUn saludo!
Una tarta salada de lujo👍es una buena manera de comer las espinacas 😏besinos
ResponderEliminarRiquísima, como todo lo que haces. Hay que ver lo buena que está esta tarta, y lo socorrida que es, si además le añadimos que es algo que da mucho de sí, te resuelve un plato o una cena, incluso para compartir en aperitivo o un picoteo tonto, ¡vamos! Que yo la veo perfecta.
ResponderEliminarBesos
Estas tartas son todo un lujo, para hacer y comer cuando quieras y además quedan bien con todo lo que las hagas. Esta tuya tiene una combinación de ingredientes de lujo.
ResponderEliminarBesos. Lola
Rica combinación y aspecto maravilloso, para mi es un plato perfecto. Las fotos, como siempre, dan ganas de meter la mano por la pantalla.
ResponderEliminarBesitos
¡¡Hola Esther!! A mí también me encantan este tipo de tartas, y tibias es para mí la mejor forma de comerlas. Es verdad que admiten casi cualquier ingrediente, pero con espinacas, queso, pasas y esos piñones, es una combinación de fábula. Besitos.
ResponderEliminarHola, esta tarta me enamoró desde que la vi en face, tiene una pinta que se salede la pantalla, de las que apetecen en cuanto laves.mIl besos
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