Cuando llegan las fresas de mi huerto me vuelvo loca, ese aroma me encanta. Estamos en septiembre y mis fresas siguen tan anchas y yo encantada recogiendo todas las semanas unas cuantas. Esta tarta no es nada dulzona, si te gusta mucho el dulce pon una cuchara más de azúcar. Esta muy buena y para días con calorcito apetece un montón.
- 400 gr de fresas
- 500 ml de nata líquida
- 3 cucharadas de queso de untar
- 50 gr de azúcar
- 6 hojas de gelatina
- 1 sobre de gelatina de fresa
- 200 de galletas (para la base)
- 25 gr de mantequilla (para la base)
- 2 hojas de gelatina (para la base)
Lava las fresas con el rabito y sécalas con papel de cocina. Pártelas por la mitad y ponlas en un molde forrado con plástico film. Prepara la gelatina según el paquete y viértela encima de las fresas tibia, luego, déjala en la nevera hasta que se quede bien cuajada.
Calienta 200 ml de nata, retira del fuego y añade el azúcar y la gelatina escurrida, mezcla, remueve, y añade la nata y el queso restante, mezcla bien todo el conjunto. Pon una cuchara encima de la gelatina de fresa al revés y vierte la mezcla de nata y queso encima de la cuchara para que la gelatina de fresa no rompa y no se mezclen. Cuaja en la nevera.
Hidrata las 2 hojas de gelatina restantes en agua fría.
Pica las galletas en una picadora. Derrite la mantequilla, añade una cucharada de agua caliente y la gelatina escurrida, mezcla y añade la mezcla a las galletas, remueve bien. Saca el molde de la nevera y pon esta mezcla de galleta encima, para que cuando le demos la vuelta al molde la galleta se quede como base de la tarta.
Nota: yo la base de galletas no la hice, yo hice un bizcochito en el microondas y lo puse a modo de base, esto es a vuestra elección. La receta la puse tal cual es, esto no va a variar el sabor de la tarta a mi modo de ver, sea con galleta o con bizcocho esta deliciosa.
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